La contradicción es demasiado grosera y resulta una ofensa a la historia de lucha ambiental encabezada durante años por el pueblo de Gualeguaychú. El Municipio uruguayo de Río Negro hizo público el programa del “Primer Encuentro de Áreas Naturales Protegidas del Río Uruguay”, a realizarse del 29 de junio al 1 de julio en el balneario Las Cañas, ubicado en la fronteriza ciudad de Fray Bentos.
Hasta ahí, parecería una actividad más, de la que participarán tanto autoridades uruguayas como del Ministerio de Ambiente de Entre Ríos, de Bolivia, Perú, Colombia, Brasil y responsables de parques nacionales, además de ONGs. Pero la sorpresa es grande cuando, entre las empresas auspiciantes del encuentro, aparece UPM Biofore Beyond Fossils, la ex Botnia.
¿Se puede dejar pasar tal muestra de cinismo? ¿Es válido recibir el dinero de las industrias contaminantes y seguir mirando para otro lado, como si nada pasara?
La respuesta debe ser contundente: No, no todo vale. No se puede convalidar el financiamiento de UPM a esta actividad que, entre otras cosas, se propone “iniciar el diálogo que permita crear una red de espacios, que mantengan un alto grado de naturalidad y de protección en la cuenca del Río Uruguay”. La misma cuenca que, todos los días, es contaminada por la firma finlandesa.
Esta realidad fue expuesta y denunciada, a través de pruebas y documentación, por autoridades locales, provinciales, nacionales y binacionales, en la audiencia pública convocada por el Juez Federal Hernán Viri, en el marco de la causa caratulada “UPM (ex BOTNIA) y otro s/ INFRACCION LEY 24.051 (ART. 55)”.
Sin ir más lejos, el último miércoles, el sitio “Montevideo Portal”, de la capital uruguaya, publicó una noticia con el título “Ambiente advirtió a UPM por posible sanción por verter agua contaminada al arroyo Santana”. La noticia da cuenta de las medidas tomadas por los Ministerios de Ambiente y de Ganadería del país vecino, tras detectar presencia de agroquímicos, arsénico y hierro en dicho arroyo, proveniente de los efluentes del vivero de UPM en Paysandú.
En este sentido, la Cartera de Ambiente intimó a la empresa UPM a que “elimine en forma inmediata todo vertido de aguas potencialmente contaminadas como resultado de la actividad del vivero a las aguas superficiales”. Además, la firma extranjera fue advertida, ya que “se encuentra pasible de sanción por haber derivado aguas contaminadas a aguas superficiales en contravención con el Artículo 144 del Decreto Ley 14.859, de 15 de diciembre de 1978 (Código de Aguas)”.
Este tipo de denuncias no es novedad, de hecho, vienen sucediendo desde que UPM se instaló en el país vecino. Por eso, y siendo consecuente con la lucha del pueblo de Gualeguaychú y el inquebrantable “No a las papeleras contaminantes”, el Concejo Deliberante en pleno repudió enérgicamente la participación y el financiamiento de UPM para una actividad que, al menos en su presentación, exhibe fines nobles y comprometidos con el cuidado del ambiente, el agua, la tierra y la vida.
“Es el colmo, quienes nos contaminan financian este tipo de iniciativas y dicen proteger el ambiente”, cuestionaron desde los bloques PJ-Creer, JxC y Gualeguaychú entre Todos. Al tiempo que reafirmaron “el compromiso de Gualeguaychú, no sólo con la lucha contra las papeleras, sino también con la necesidad de promover industrias sustentables y alternativas que no generen tamaño daño ambiental, ni condenen a las generaciones futuras”.