Tras un encuentro con la comisión de carrozas, el secretario del Poder Popular, Cristian Crespo y la directora de Cultura Silvana Ferrari, confirmaron que desde el sábado 20 de agosto se entregará a las y los carroceros el predio de los Galpones del Puerto para comenzar con la producción artística de las propuestas de este año que la 63 fiesta Nacional de Carrozas Estudiantiles que se desarrollará sobre la Pasarela “José Luis Gestro” del Corsódromo de Gualeguaychú el sábado 8 de octubre.
Acerca de las Carrozas Estudiantiles
Era la primavera de 1958. La profesora de Historia, Blanca Rebagliatti de Lyall, después de disfrutar del paseo del estudiante con sus alumnos, miraba el espectáculo: empezaba a atardecer cuando la caravana de camiones tomaba la calle 25 de Mayo.
Desde las veredas, la gente saludaba la alegría juvenil, en una costumbre que sabría perdurar a lo largo del presente siglo.
La profesora vio el desfile de camiones adornados con ramas, se detuvo en observar el colorido del espectáculo y pensó -como una vaga idea en el aire de septiembre- si no existiría otra forma de canalizar la creatividad y la capacidad de trabajo de esos chicos y muchachas de rostros frescos.
Tenía, seguramente ese mismo año como el anterior, un antecedente más que interesante: la carroza con que la entonces afamada “Tiendas Azcárate” aguardaba la llegada de los estudiantes.
La profesora no le comentó a nadie la idea. La hizo crecer en silencio en los ratos libres que le dejaban las clases en los colegios y la atención de su casa, hasta que, al año siguiente, la planteó en el Colegio Villa Malvina: la próxima primavera, cuando los camiones regresaran del paseo, encontrarían una carroza estudiantil.
Y así fue. Era la primera carroza, pensada por la profesora y concretada por Eclio Giusto. Se llamó «Álbum familiar» y causó sensación entre aquellos estudiantes y también entre todos los desprevenidos que transitaban por las calles céntricas, aquel sábado 20 de septiembre de 1959.
«Pretendía dar una idea, mostrar una carroza y dejar abiertas las puertas para una reunión de carrozas en primavera, o un desfile de flores», diría años después Blanca Rebagliatti, esa inquieta mujer que jamás podía imaginar la trascendencia que su idea lograría en los años.
Al año siguiente se conforma la primera comisión de carrozas con los colegios secundarios existentes de la ciudad.
Desde entonces, la fiesta de las carrozas se convirtió en una tradicional actividad, y -con el tiempo- por sus características fue declarada Fiesta Nacional.